Entrega sillas de ruedas Lo Espejo.
Junto a Maria Susana Farias, directora de la DIDECO (Direccion Desarrollo Comunitario) de la Comuna de Lo Espejo, hicimos entrega de 8 sillas de ruedas para personas de escasos recursos de la Comuna (de un total de 30 sillas, que se van a donar este mes a dicha Comuna).
Algunas de las personas beneficiadas fueron:
Hector Alfonso Cáceres, de 63 años, sufrió una “aneurisma cerebral y un accidente vascular” hace mas de 3 años, a consecuencia de la enfermedad quedó paralizado del lado derecho del cuerpo también le afectó a sus cuerdas vocales, por lo que le cuesta comunicarse con claridad. Estaba muy feliz y agradecido de recibir la silla de ruedas. Hector, ha aprendido a movilizarse por si mismo para realizar sus trabajos y sus deberes diarios, solo puede empujarse nada mas que con una mano, es un ejemplo de superación, nos comentaba que, lo que mas le deprime es no poder expresarse con claridad. Nos agradeció que nos acordaramos de el y por el regalo de movilidad que le llevamos con la silla de ruedas.
Maryorie de 36 años, es una mujer joven. Sufrió una gangrena en las dos piernas, estuvo a punto de ser amputada, le están realizando curaciones en casa, con el fin de poder salvarle sus piernas. Es muy dulce, no sabia porque le había pasado eso, nos comentaba: ” de repente se encontré que no podía moverme y que mis piernas estaban mal, no sabia porqué pasó”. Ahora esta al cuidado de sus hermanos, uno de ellos nos agradeció del regalo de poder tener una silla de ruedas, ya que necesitan llevarla a los controles médicos y no sabían como hacerlo, ahora va a ser mas fácil para Maryorie y para ellos, también sacarla a tomar aire y sol.
Raul Maturana de 58 años, hace un par de años le amputaron una pierna a causa de una diabetes. Cuando le entregamos su silla, estaba tan feliz, le invitamos a sentarse para que le ajustarle los apoya pies y le explicamos el funcionamiento. Estaba muy feliz con el regalo de la silla, nos comentó: “ hace mucho tiempo que no puedo salir a ningún lado, porque me canso mucho caminando con la muleta, ahora con la silla quiero ir a la iglesia y a la feria a comprar… puedo movilizarme donde yo quiera, ¡¡muchas gracias!! voy a salir a la calle a practicar….” Estaba tan feliz… parecía un niño con su juguete nuevo.
Fue un privilegio poder conocer a estas maravillosas y cálidas personas que nos recibieron con tanto cariño es sus hogares, nos dan un ejemplo de superación, gratitud y fe. Dios les bendiga!